El fútbol mexicano atraviesa tiempos de cambios en su competencia local y en 2020 fue creada la Liga de Expansión, como parte del «Proyecto de Estabilización». Uno de los clubes que integra actualmente esta campeonato es el Cancún FC, que fue fundado en junio del año pasado con un interesante proyecto deportivo por desarrollar.
En enero llegó el primer uruguayo a la institución y por si fuera poco, canario. Nicolás Lugano, proveniente de Plaza Colonia, se puso la camiseta de la ´Marea Azul´… «Yo estaba en la búsqueda de salir del fútbol uruguayo y cambiar de aire, como lo hizo Forlán en su momento. Creo que para hacerme un nombre por mi mismo era importante»… Comenzó diciendo el hijo de la «Tota» a Canelones Azulgrana, que quiere hacerse camino al andar dentro de la cancha y se aferra al pasaje de varios futbolistas de nuestro país… «En México hay muchos uruguayos que han hecho carrera. Es un lugar para crecer y por eso nunca dudé en venir».
Son seis los extranjeros de la plantilla y por partido pueden ser utilizados solamente tres. Para el Apertura quedarían tres únicamente y el lateral de 20 años competiría internamente con su compañero de posición por un lugar en el once titular, sin pensar en el cupo anteriormente mencionado. Actualmente lleva dos encuentros disputados con su nuevo club, ambos con condimentos especiales «Fueron mis primeros partidos en primera y se dieron en el fútbol mexicano, si me lo preguntabas hace un año no me lo imaginaba»… Consultado sobre el proyecto y la apuesta institucional, contó «Cancún es un equipo que se creó hace muy poco, con un proyecto interesante y muy bueno. Un grupo trajo futbolistas de renombres, como el «Chuleta» Orozco, goleador de Cruz Azul. El entrenador es el «Chaco» Giménez, ídolo de Cruz Azul y Pachuca, campeón de la Libertadores con Boca. También se encuentran futbolistas jóvenes de selección mexicana».
Párrafo aparte en lo interno para el profe, que es uruguayo y que ha sido fundamental en esta nueva vida «Daniel Ipata ha sido como un padre para mi acá y fue lo más importante en mi llegada»... Sobre la relación y el comportamiento de los locales, destacó «El mexicano es muy compañero, atento y buena persona, principalmente con los extranjeros. A uno lo ayuda a no extrañar tanto»… Ésto último es un punto no menor en los jóvenes futbolistas, que emigran llenos de ilusiones debiendo abandonar su entorno. Como sucede en muchos casos, aún más en el fútbol, te da y te quitan. En este caso con una base de aprendizaje en su niñez y adolescencia… «Estos primeros meses han sido duros, pero por cosas de la vida ya estoy acostumbrado a vivir lejos de Uruguay. Tengo el objetivo claro de lo que quiero y como nos decimos con mi padre, «Al que quiere celeste, que le cueste».
Nicolás, valora mucho este presente y aseguró que se potenciará como jugador «Al principio me costó adaptarme al juego, pero ya estoy. Acá todo es con pelota. Para reflejarte eso, nunca vas a ver un saque de arco que se lance en largo, se sale jugando, y se trabajan cinco jugadas distintas para salir con dominio. Para mi entrenador los laterales son fundamentales y eso me ha ayudado para crecer. La marca, la actitud y la entrega la traigo de Uruguay. Este pasaje me dejará más completo como futbolista»...Continuamente recalcó que quiere ser Nicolás Lugano y no el hijo de. Su apellido repercute en todas partes del mundo por lo que fue su padre como futbolista, pero la valoración en el debut se la llevó él:
«Obviamente que el apellido se conoce en todos lados. Mi debut fue contra el Atlante, un equipo histórico, ganador y con muchísimos aficionados. Muchos hinchas, por comentarios que vi, y los propios rivales después del partido me decían que era un guerrero igual a mi viejo. El apellido siempre va a existir y yo debo convivir con eso. Como dije, lo bueno es que me estoy haciendo conocer como Nicolás Lugano y no como el hijo de Diego Lugano, eso es lo que más me satisface»… Pensando a futuro, hay colores y camisetas que lo invitan a soñar. Una en especial…
«Más allá de lo que fue y es papá en el club, yo me crié mirando a San Pablo. Estuve presente cuando fueron campeones de la Libetadores, lo vi campeón del mundo y hasta el día de hoy lo sigo. Yo soy hincha del club y mi sueño es jugar ahí algún día. Cuando eso pase voy a sentir una satisfacción enorme porque lo sueño e imagino. También me gustaría jugar en uno de los grandes de Uruguay»... Dentro de lo fantástico de la carrera en el fútbol es que te deposita en lugares mágicos. Se vive donde habitualmente muchos llegan para tomarse un descanso de 10 o 15 días. Nicolás asegura que está «En el paraíso».
«Claramente que una de las cosas que más me sedujo de venir a Cancún es por el nombre, estás en Cancún. Tenes el día o un rato libre y te vas a playa, que no es cualquier playa, es el caribe. Tengo cerca Tulum o Playa del Carmen»… Pero no pierde el foco «Yo vine acá para jugar al fútbol con un objetivo. Debo ser profesional y necesito evitar distracciones». Por último, detalló el presente sanitario de una ciudad que respira con la llegada de visitantes… «Para ingresar no te piden hisopado ni nada, porque el turismo es la principal fuente de ingresos de la ciudad. Es como que cada uno sabe lo que hace y conoce los riesgos. Los bares o bailes están llenos».
Camina con los pies sobre la tierra, cumpliendo su primer anhelo importante en la carrera y queriendo ser Nicolás Lugano.